Es irónico, que tu tristeza
transmitida por in interminable llanto
sea motivo de alegría y regocijo para otros.
Algunos bailando, evocan tus penurias
levantando los brazos y vociferando
tus distintos nombres.
Como si de una diosa
nacida sólo para que su júbilo
sea de me ofrenda.
Incontenible te puedes tornar
causando insatisfacción, raíz de nuestro egoísmo
el querer desear hasta cuando debes llorar.
Aún así, ha de siempre acompañarte
el minúsculo consuelo, de saber
que tu llanto siempre indispensable nos será.
F. D. Soliatis-
Pingback: 29 de agosto de 2012 : : Cronica Literaria