Poemas

Arte efímero

Las pupilas se reflejan

en las cucharas de plata.

El brillo relampaguea

desde las ollas de cobre, en la tarde dorada

La cocina como un santuario

está impregnada de aromas a la lavanda,

al tomillo fresco y a laurel.

La ventana abierta despliega aromas

que fluyen sobre la ciudad.

Todos los cuchillos suenan

y entrecruzan sus dientes agudos

que hieren las carnes

antes del mordisco.

Mientras el oleaje de aguas

saltan en cada caldero,

repiten la música de tambores

que llaman a diana.

Los verdes relucen en las fuentes

y piden su rojo para equilibrar

la perfección de la ensalada.

Hay pescados que, de añorar el mar

han decidido morir, sin más reparos.

Las manos hábiles, desgarran, amasan,

trituran, cortan, también crean,

su gran obra efímera.

 

Haidé Daiban-

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