Poemas

Cómo hacer una mermelada

Cuando sepas

que ellas se llenaron

de lágrimas teñidas de oro,

cuando el frío

ya las azucaró muy bien,

entonces tomarás en tus manos

a esas esferas tan poceadas

como la luna

y enamorada como ella

entregada a la noche,

empezará la metamorfosis.

Una torre de fetas

como peces sumergiéndose muy hondo,

en un mar de azúcar dormirá,

una sola noche, eso sí…

sólo una noche,

como un amante fugaz.

Y vendrá clareando el día,

con el gallo anunciador,

con el chillido de gorriones,

con la luz intrusa en tu ventana,

y justo en esos momentos

locamente apasionadas

esperarán para entregarse

al fuego del amor,

hasta llenar de aromas a la casa,

hasta brillar,

como un mar dorado y deslumbrante,

hasta embelezar

aún a aquellos besos robados,

que algún poeta cantó.

 

Stella Maris Taboro-

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