Poemas

Pájaro en una tormenta

Ese día, ese primer día de la naciente primavera

la embriagadora música amaneció sobre los montes.

La risa azul que irradiaba el firmamento

reverdecía las laderas y ensalzaba

los contrastes verdirojos de los prados.

 

Ese día florecieron los años de destierro

reconstruyendo la antigua cúpula dorada

con columnas de esperanza y miradores

que se abrían sobre el valle de la dicha.

 

Así, ciego, con la daga de tu nombre entre mis labios,

creí haber escapado a las fauces del destino,

pero hoy las sombras cenicientas de twin peaks

nuevamente han descendido sobre mí

y no hay una hondonada sin fisuras

donde poder respirar un minuto de sosiego.

 

¿Qué despiadada venganza de los dioses

me condena al arbitrio de las nubes

inquietantes, plomizas, que me cubren?

 

¿Qué oscuro designio ha desencadenado

el furor del vendaval sobre mis alas rotas?

 

Dondequiera que el atardecer me lleve

la faz del firmamento está cerrada.

 

Un granizo triste azota las esquinas

de esta ciudad vencida, saqueada y moribunda

donde hasta los perros vagabundos se estremecen

cuando sus ojos caen en la oquedad del cielo

tapiado por un muro de silencio perpetuo.

 

No hay luna que brille en esta noche aciaga

y hasta el bosque resuena con un murmullo de amenaza

que confunde la vigilia de los búhos

y acalla las canciones de los árboles

como una divinidad incontestable.

 

Los ángeles blanden un estandarte de inclemencia

y el horror se va extendiendo en los zaguanes

como un torrente negro que va desdibujando

las huellas que dejaron nuestros pasos

en la alfombra de asfalto, en las baldosa

blanquinegras que adornan el recuerdo.

 

Todo es una sombra impenetrable,

todo un trueno aterrador que nunca cesa,

un relámpago atroz que incendia la cordura.

 

Y entre el caos volar, volar toda la noche,

toda la infinita noche atravesar los cielos

sabiendo que las tormentas nunca cesan

y que el amanecer es tan sólo una utopía

urdida con los frágiles cristales

del evasivo espejo que jamás se detiene.

 

Sergio Barao Llop-

Comments

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *