Anzuelo
Esa mujer sabe que yo la miro, vuelve a abrir sus ojos para éste, su poema favorito. Yo la quiero impresionar pero cómo saber si son sus senos o su boca la humedad con que fluyen estos versos. Escribo. Sólo escribo para que sepa ¡qué bien la miro! invocándola, decidido así amarla sin más truco…