No me busques en la locura
al saber lo que yo siento
donde me siento invisible
para refugiarme en tu lecho
y sentir tu calor
besando tu sueño y tu cuerpo dormido.
En la soledad de mi alcoba
¡como duelen las ausencias!
donde busco el recuerdo
de haber tenido tu pecho
tus caricias y el cobijo de tus brazos.
Hoy solo eso me queda
tu recuerdo…
porque en la hora de mi muerte
estará tu nombre en mis labios
para bendecir el momento
que llegaste a la vida y el haberte conocido.
Hoy, en mi retirada
evoco lo más hermoso de nuestro encuentro,
donde me hirieron tus ojos
porque solo eso me queda, tu recuerdo,
y la calidez de tu mirada…
Antonia del Valle-