La mujer que yo quería…
¡Aquella de la que un día me enamoré!
Ya no me mira…
Ya no posa sus manos en mi piel.
Y pasa por mi lado como una extraña,
mientras mi corazón acelera sus latidos,
mientras mi alma se sobresalta…
Solo mis ojos la siguen y la acompañan,
como queriendo atraparla por unos segundos,
como queriendo acariciarla;
pero ella sigue su rumbo.
La mujer que yo quería;
aquella que me decía hace un tiempo,
que se quedaría junto a mí para siempre;
hoy no recuerda los sueños,
hoy piensa diferente,
y se ha alejado de mí,
quedando solo su recuerdo en mi mente.
Jacob Neruda Unamuno-