Poemas

Existían tus manos

Un día el mundo se quedó en silencio;

los árboles, arriba, eran hondos y majestuosos,

y nosotros sentíamos bajo nuestra piel

el movimiento de la tierra.

 

Tus manos fueron suaves en las mías

y sentí al tiempo la gravedad y la luz

y que vivías en mi corazón.

 

Todo era verdad bajo los árboles,

todo era verdad. Yo comprendía

todas las cosas como se comprende

un fruto con la boca, una luz con los ojos.

 

De Exentos, I, en Edad, (2006)

 

Antonio Gamoneda-

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *