Poemas

Contrastes

Sonrío, siempre sonrío.
La risa es necesaria también digo y aguardo.
Aguardar, a veces, puede ser un buen presagio.
En la espera se teje el manto con el que se ha de cubrir la vida.
Otros prefieren mirar a lontananza y escoger las horas más negras de la tarde.
Yo opto por perderme en los caminos
en el ascenso que conduce hacia todas partes
y anticiparme como gamo herido a lamer las llagas
que suelen brotar en la piel que cuido.
Omitir cualquier lamentación y al final saber que todo está circunscrito
a los nuevos pregones con que me sorprenden demiurgos y bufones.
Puede que esté la carne magullada
pero una sonrisa aquieta la indiferencia con la que
prueban arriar banderas los anónimos mercantes de estas cosechas.

Fidel Fidalgo Moncada-

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