Poemas

La mar

Tu influjo en mí no encuentra resistencia
que soy tu admirador contemplativo
y suelo preguntarme con frecuencia
si de tu inmensidad seré cautivo;
mas quiero responder a la evidencia
y verte clarifica ese motivo.
Pues brillos de turquesas y esmeraldas
que rielan en tus aguas cual guirnaldas,

deleitan la mirada cuando besas
esquiva tu rocoso acantilado
y finges que te vas pero regresas.
O aquel atardecer rojo y dorado,
cuando del sol en el ocaso apresas
sus rayos, y un reflejo nacarado
se mece  en tu estantía superficie
siempre que la bonanza lo propicie.

Si a ver tanta belleza nos invitas,
y acoges a sirenas cantadoras;
¿por qué pierdes la calma, te encabritas,
e irguiendo infaustas garras destructoras
haces gala de fuerzas infinitas
con huellas siempre tan devastadoras;
y unido tu furor con el del viento
rebramas contra el mismo firmamento?

Arcano silencioso de la historia,
también gran escenario en mil batallas
y abismo que has guardado en la memoria
que ocultas a la arena de tus playas
de toda evolución la trayectoria
y muchos más secretos que te callas.
Por cuanto femenina seductora,
amada, imprevisible, encantadora.

José María Criado Lesmes-

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