Cuando me evado hacia lo corruptible
de la absurda realidad
la que nos somete al juego eterno
la poesía transforma la caída
en vuelo.
Un hilo dorado incandescente
me reúne
adámico aún
con el misterio precioso del Árbol.
No se nos desterró del todo
de aquello que llamamos Paraíso.
El hilo se abre
la esperanza habla
desde más allá del túnel inconsciente de
uno mismo habla
invita a recordar
y hay luz 07en la ciénaga aparente
de la vida
y hay luz con la energía del amor.
Del libro Aprendiz de pájaro
Cecilia Glanzmann-
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