Desde la distancia
observé, caer el atardecer
el cielo se llenó de colores
rojos y anaranjados
lo seguí con mi mirada
que se sumergió
en el mar
anunciando, la llegada
de la luna
con ella, las estrellas
joyas sagradas que han iluminado la faz
del planeta,
a través de los siglos
visión mágica, del
atardecer marino,
regalo de Dios.
Jael Elisabeth Bravo González-