Poemas

El profeta

La ballena lo escupió
en la playa
de San Antonio Oeste
o en algún sitio
cerca de allí.

Caminó tierra adentro
armado de un mapa
del Paraíso
en el norte
de Argentina.

Llegó a una ciudad
llena de fábricas
y empezó a enseñarles
lo que llevaba.

Lo encerraron
en un cuarto
y le dijeron
que se callara.

Los estudiantes
pasaban delante de su puerta
sin saber quién era.

Adentro,
estudiaba minuciosamente
los poemas
de César Vallejo.

Robert Gurney-

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