Yo tuve un padre italiano

Yo tuve un padre Italiano
descendiente Calabrés…
que se forjó en el trabajo
con entrega y honradez…
y una madre que adoraba
por ser ejemplo de vida…
¡Centinela en tantas noches
cuidando nuestra niñez!
Fueron años de esperanza
en mi querido Deseado
de lucha y mucho sosiego
y a pesar de ser pasado…
siempre están en mi memoria
y aparecen con mis sueños
los dos juntos… a mi lado.

Yo tuve un padre Italiano
que llegó en el veintisiete
a esta vasta Patagonia…
que mostraba un horizonte
de una lucha consecuente…
para hombres de templanza
decididos y valientes.
Y Dios bendijo a este Tano
inmigrante y pionero.
Formó un dia su familia
y cual bendición del cielo
con el paso de los años
después de muchos desvelos…
le llegaron sus retoños
tres varones y dos mujeres
que eran toda su alegría.
El derecho de ser padre
le daba un vuelco a su vida
pero en el trajín diario…
la lucha siempre seguía.

Yo tuve un padre italiano
y después de su partida…
se fué también nuestra madre
a la que tanto añoramos
y aquí solos nos quedamos…
digamos… los cinco hermanos.

Sin ellos… cerró una historia
de convivencia genuina
y el tiempo borró la imagen
donde al paso de los años…
transitaba una familia.
La Navidad y Año Nuevo
y una mesa compartida
y risas… besos y abrazos
que al Tano le daban vida
y polcas y tarantelas
¡Festejos y algarabías!
Y su acordeón verdulera
que en sus manos se lucía.

Hoy ya todo es un recuerdo
y cada cual… con su mira.
Ya ni en la voz del teléfono
un Feliz Año… se estila.
El mundo cambió su rumbo
por ignorancia y cinismo
y ambición por ser más dueño
sin tener un aliciente…
decir con la voz del alma
¡Yo construí lo que tengo
con el sudor de mi frente!

Mi transitar por la vida
en el logro de un futuro…
me dió la templanza cierta
de expresar bien lo que digo
y es así que lo resumo:
¡Por todo lo que se dió…
eso tiene cada uno!
Yo tuve un padre Italiano
y con su imagen crecí…
La frente alta y buen nombre
que me ha ayudado a existir.
Yo tuve un padre Italiano
descendiente Calabrés
y soy… como él ha sido…
¡un ejemplo de honradez!

Domingo R. Totino-