de El lugar del Principio
Sólo una muerte
puede vivir más allá del tiempo y la distancia.
El horror contamina lo bello y estos ojos
que muerden el peligro,
devoran las imágenes de siempre
como un fuego.
No hay rosa, no.
La realidad es un viento de lobos.
Aquél campo de flores
que alguna vez brilló como una espada,
hoy canta una canción oscura desde el hielo.
No hay rosa, no.
La realidad es espejismo.
Y toda flor (que frágil y deseada)
es más hermosa y perfecta cuando muere.
Todo es posible.
Todo es misterio.
Sólo una muerte
puede salvarse de su propia muerte.
Enrique Solinas-