Romper
la luna es un tren
en el aire
con violencia de hierro.
Amar
la luna es un pájaro
blanco en el cielo
con ternura de ave.
Pretender
la luna es un círculo
que ha dibujado Virgilio
con frescura de niño.
Creer
la luna es un caracol
deslizado en la brea
y una luna en cada mano.
Defender
la luna es una metralla
que resiste
las ciudades y las guerras.
Acercar
la luna es un árbol
que plantaron hace mucho
mucho tiempo.
Ver en la luna un pájaro es
suicidarse del mundo
en cada verso…
a cada rato.
Escribirle a la luna es
ser ateo
y seguir creyendo en Dios.
Cristian Emanuel Vitali-