Como entonces cada planta hoy se amaña
para escapar ilesa de la estival penuria.
Violento es este año porque implacable impone
un sofoco que ahoga los colores más densos.
¿Hacia dónde mirar, cómo expresar la extrema
mezquindad de la hora? Azorado pregunta.
¿Dónde se halla el lugar
en el que ya no exista más
este arduo vaivén de una vida insondable?
Apremiado él prosigue en su sinuoso andar
y las preguntas quedan baldadas e irresueltas.
Hay algo en él que aguarda sin revelar la causa.
Un pasado lo abruma con ajados resabios.
Luego llega la brisa y un alivio le ofrece
en este último tiempo insustancial y raudo.
Julio Bepré-