Isabel, cruel el tiempo juega como un niño,
tratamos de detener el río,
somos pedacitos de tiempo.
El amor con su deseo de trascendencia construye diques.
Palabras eternas de los dioses que amo.
Pero siento que soy algo del ayer.
Cómo decirte, Isabel, que el no ser también existe,
que los conceptos son como piedras de una casa que el tiempo demolerá.
Que los arquetipos no son eternos.
Y que me hundo en la noche
profiriendo ciegamente destellos de cielo
que el tiempo incendia.
De Poemas Desconsolados
Gastón Marzio-