Regrésame amante mío
a tu dorada orilla
que ilumina mis antojos.
Platícame en el ruedo
de tu memoria
y cántame
auyenta mi tristeza
me hiere este dolor sin armisticio
que se encarama en mi vida
hurtándome tus besos
de retamas fundidos
en el ocaso de mis días.
Victoria Asis-