La cárcel del poeta tiene las paredes acribilladas- José Rivas
Dentro de estas paredes numerosas,
cuando el lamento del primer cuarto llama,
todos un coro hacemos.
Los pájaros entran por las ventanas y
quedan presos en el sonido triste
del poeta insomne.
Hemos hecho un surco en el pasillo
para que mejor se arrastre
la indolencia de los pies.
Un día y otro alguien llama a la enfermera,
que cose con agujas de cristal
tanta piel deslavazada.
Y viven los vivos como cruce de trenes,
como si fueran a mudarse
a otro sitio,
aunque al día siguiente los anime
el rayo minucioso del consejo por la ventana.
Del libro Cuando despierten las tortugas
Anabel Vera Suárez-