Poemas

Fuimos frutilleros

La siesta fue jubiloso testigo

tras la última calle del pueblo.

 

En ese breve momento

entre la escuela y los juegos

los niños de Coronda

arrebatábamos la pequeña reina

de su trono de arena.

 

Aquel tiempo nunca lejano

donde el sol grababa en los hombros

el orgullo de sentirnos frutilleros.

 

a Pipi Eigler.

Del libro Un niño en la orilla

César Bisso-

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