Poemas

El niño que nos mira

El niño que nos mira desde un andén vacío

es como un equipaje

que alguien ha abandonado.

Sueños sin esperanza.

Música sin destino.

Futuro indescifrable de páginas en blanco.

 

¿Cómo olvidar sus ojos donde el azul se apaga

cubierto de cenizas?

Cielo que hemos perdido…

¿Cómo olvidar sus manos que crecieron a golpes

y la tierra inclemente sobre sus pies desnudos?

 

Le prometieron vida desde una sucia cuna.

Mamó la leche amarga

de unos pechos vacíos

y en el agua lodosa de charcos malolientes

jugó en tardes de invierno,

nadó en tardes de estío.

 

La puerta de su casa no tiene cerradura.

La puerta de su alma

sufre siete candados.

¿En quién puede confiar un alma traicionada

si de tanta inocencia

no nos hacemos cargo?

 

¿Cómo olvidar sus ojos y su mano extendida?

No alcanza una limosna para tanto abandono.

Se turba la conciencia cuando en esas pupilas

a veces, una lágrima, grita: ¡Yo te perdono!

 

Algún día será (niño de ojos cansados)

un hombre como tantos,

crucificado y vivo

entre amores y sombras, dolores o pecados

y llevará la imagen del cielo que perdimos

en la carita triste

de un niño abandonado.

 

Ana María Godoy-

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