Poemas

Las manos

Herida la palabra

bajo redes de miedo que mutilan los labios,

va latiendo desnudo en su cintura.

Se hace guía la tarde que recobro.

Se suceden las voces que me instigan:

¡atrévete a mirarlas!, ¡atrévete a mirarlas!

(acaso sean ellas la esparcida simiente…).

Temerosa, abrevando el soslayo de un círculo,

recorro todo el tacto de su anhelo.

 

Impacientes y trémulas las manos

han llorado esta noche

el más puro silencio

del instante que muere.

 

Laura Olalla-

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