Un niño ríe
por el agua de tus ojos,
salta mañanas de un verano
y brinca por un tiempo
que aún no llega.
Un niño corre
por la piel de mi cansancio,
me llama en tu piel
y atraviesa un día
que aún no llega.
Acaricio tu vientre
y los sueños
se me pueblan de bullicios.
Ricardo Trombino-