Dama del universo, gran señora,
pedestal de inmensurable fantasía,
de leyendas de insigne idolatría,
de inspiración sublime que enamora.
Con tu noble esplendor, luz emisora,
en larga y solitaria travesía
eres del navegante luz y guía
y cómplice en la cita seductora.
Sin ti hasta el cielo pierde su grandeza,
la oscuridad es toda incertidumbre,
por eso luna llena, sin sorpresa,
con firme convicción, con entereza
de tanto contemplar tu blanca lumbre,
me convertí en adicto a tu belleza.
Miguel Angulo- (Ecuador)
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