Poemas

Los frutos de tus besos

Bajo la noche en que estoy amparado

hallo en una blanca estrella tu recuerdo del alba.

Desterrado como los viejos puertos sin uso

siento rozar antiguos ritos de corolas en mi alma.

La marea vuela con alas de eco difuso,

canta con sirenas moldeadas en tu forma de hembra.

 

En ti acumulé todas mis banderas enamoradas

con el afán de un infante sin pompa inaugurada,

hasta que el reloj tocó su hora de partida

me ceñí a tu deseo que se iba haciendo neblina;

como una lumbre diáfana de derrumbado faro

abandonado de besos te miraba de la lejanía.

 

Antes del agua reviví tus pies de embriagada playa

con mis velados párpados,

mi naufrago corazón se hacía gajos en rayas.

 

Antes de tenerte compartida diluí los escombros

en lo más interno de mi sombra.

Oh amor mío, el canto se ha hecho tan estrecho

qué en mi oído de desvanecida caracola

me quedó un silencio de copa vacía.

 

Fuiste en mi tacto la

ceñida cintura de turgencia.

Me llevo tu beso único de copa tinta

cuando entra la negritud del agua salada

y conjugo en verbo tus deseos de latido

y en adjetivos tus contornos recorridos.

 

Así parto en la feroz ruta de un gris enero

más sólo que una barca de papel irónico.

Con los frutos de tus besos y la alquimia de tu ternura,

girando en mis labios desnudos la púrpura miel de la opalina.

 

Ricardo Álvarez-

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *