No quisiera morir sin declararte
esta infausta expresión sentimental.
¿alcanzará mi ala inspiradora
la luz de las estrellas alcanzar?
No me motiva tanto el contemplarte
ni tu honra lira de brotar fragante
ni el ingenio viril de tu talento.
¡Quijote! Defendiste el escaso
(siempre que en su desdicha fuera honrado)
ni al poderoso, ni fuiste servil.
Tú me iniciaste en saborear el verso
y te gustaba mi canto, papá;
más amo sobre todo tu recuerdo
porque tú me enseñaste a perdonar.
Eloisa M. Font Ortega-