Desde un patio gritón de malvones
atravesado por soles inocentes
hasta formar esta trama de ocasos
que conjugan el presente,
se abrió paso la vida.
Aquí, donde las huellas pesan
y a menudo los dioses no llegan
a recordarnos
por estar tan lejos.
Mi infancia exime de culpas
las mariposas muertas que aún
alcanzan a rozarme con total pureza.
Con ellas…dejarme ir con ellas
por la eventual libertad de las palabras
que completan el ritual de mi mandala.
Mientras el capullo del verso brotaba
se abrió paso la vida…
y mudó el orden de lo ileso.
Ella nos trae consigo
como un sol que amanece, luego
vemos su luz
bajando sobre las paredes.
Implacable.
(Me niego a caer en la sombra profunda
Voy a salvarme. Allanaré la oscuridad
con la piadosa luz que encuentro
en la constante residencia del verso).
Miryam Colombotto-