Si acaso el ocaso se perdiera
y nunca más atardeciera,
se esfumaría el encanto
que derrama el llanto
del sol desapareciendo,
en un horizonte u otro
de este lado del mundo
donde no te toco,
pero percibo la sensación de tenerte,
el solo hecho de verte,
haría que el sol
nuevamente saliera,
como las flores
florecen en primavera.
Bárbara Himmel-