La ventana de mi cuarto
da al paraíso
y desde mi cama
puedo ver balancearse
sus ramas al viento.
Es un árbol añoso
de fronda exuberante
y tronco muy recio.
Me han dicho
que debo cortarlo
pues sus raíces
invadirán las tuberías
y levantarán el embaldosado
de la vereda.
Le he concedido
el beneficio
de la prórroga,
porque no me resigno
a renunciar
a su sombra generosa
y porque tengo
mucho miedo de perder
ese paraíso también.
Poema del libro Textos y pretextos (Leo 2004)
María Rosa León-