Poemas

El deseo

Y nada más que este cálido dedo
que roza sus intenciones.
Y este ojo
que lo observa de soslayo.
O el labio susurrado.
O la respiración tan contenida.
Nada más, y queda
como el náufrago herido
por la inmensidad del mar.

Wenceslao Maldonado-

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