Poemas

Así empezó la historia

Oigo, veo, huelo, siento y cada día saboreo
cuando sin palabras me dices lo que quiero.
Haciendo de cada encuentro un cuento nuevo
o de cada descontento un simple hasta luego.
Fuiste ráfaga de viento fresco en una tarde calurosa
entrando sin aviso y a mi vida sin permiso.
Llegaste a encender  mi  hoguera en tu madera
inventando que el magenta es el preciso
cuando yo siempre creí en el simple fuego rojo.
Estar, ser, hacer, pertenecer, y darlo todo
sin esperar  más allá que verme hoy en tus ojos.
Mucho pretendiste con encantadora sonrisa
eso que tu mirada logró en un cálido instante.
Sin saber o tal vez intuyendo buscaste apresurado
eso que había esperado tanto tiempo para darte
si, lo sabes, mi corazón estará siempre a tu lado.

Mara Erevia-

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