En una tarde
de domingo
la montaña
está al alcance
de mis manos.
Un perro juega
con una rama
y el tomillo
perfuma la brisa.
Mis ojos se funden
en el azul del cielo
y el aburrimiento
se aturde
con el grito
de los niños.
.Del libro Remolinos de sal
José Luis Colombini-