Hijo, todos los dias anochece pero siempre amanece.
La vida es igual,
hay momentos de sol y otros de gran oscuridad.
A veces el jardin esta lleno de flores.
Otras, el jardinero tiene que trabajar con ahinco
para que este vuelva a florecer.
Asi es el amor hijo, hay que regarlo, cuidarlo de las heladas,
de las épocas de sequias, abonarlo para que se renueve.
Amar el amor, festejando cada beso un abrazo
cada “te quiero” o “te amo”.
Abre bien los ojos hijo, asi como el corazón.
Acepta las diferencias que nos hacen tan únicos.
Respeta la voz del otro, tiene igual derecho
a ser escuchada como la tuya.
Comparte, da, recibe, siente como se tejen los hilos del amor.
Sé ejemplo para otros, pero sobre todo, se fiel a ti mismo.
Sé príncipe o mendigo, astronauta o barrendero,
maestro o discípulo, lo que decidas,
pero con la cabeza en alto y el corazón contento.
Hacer cualquier actividad con amor, renueva el espiritu,
quita arrugas, regala sonrisas.
Haz que valga la pena vivir; sé feliz!
Jamás te preocupes por banalidades; todo pasa,
incluso la muerte.
Acercate a Dios, háblale, escúchalo,ámalo,
tenlo presente en cada minuto de tu vida.
Nadie como El para ser el mejor maestro, guía y amigo a seguir.
En momentos que sientas que todo falla, no te abrumes,
no permitas que nadie apague tu luz.
Como te dije al principio: siempre amanece.
Por eso hijo, recuerda brillar.
Brilla como quieras, como sol o como bichito de luz.
Pero nunca, nunca jamás dejes de brillar!!!
Te ama: mamá.
Elizabett Tardiz-