Por las venas sub-terráneas
de la Maestra y los Andes,
viene la sangre guerrera,
epopeya de gigantes.
Se escucha el nítido himno
de aquellas marchas triunfales,
el rugido del cañón
igualando el de la sangre.
Indios, hidalgos, plebeyos
unidos en sus afanes
de liberar a sus Patrias
de las garras coloniales.
Escuchemos el torrente
que baja hacia las ciudades,
de esa furia libertaria
y el fuego que da el coraje
más que indios o plebeyos
o hialgos, son inmortales
legados de nuestra historia
que vienen, elementales,
por las venas sub-terráneas
de la Maestra y los Andes.
Ernesto Rodríguez-
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