Hay un lugar donde puedo
descalzarme de los miedos,
soltar las penas y habitar recuerdos.
Lugar donde es posible
danzar con el viento
y dar pasos diferentes de agua cristalina.
Un lugar donde hallo tesoros
de instantes, con perfumes
que traen otros aires.
Donde se imponen los deseos
dejando atrás conocidas tristezas,
compañeras hace tanto…
Es allí donde las horas eternizan
y el tiempo se adormece.
El encuentro aparece despojado
de recelos, inundado de risas.
Retornan los amores perdidos
y se desprenden los dolores.
Camino es, que sostiene y defino
a cada paso.
Así como el agua clarifica la mirada
y como la tierra seduce y enraíza,
para elevarme sobre lo inerte,
para susurrar con la vida.
Graciela Di Laudo-
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