Mi verso,
así de simple; mi verso, así, callado,
sólo llega a tu oído como la gota al cántaro,
y cuando él se rebalsa busca sólo tu mano
y tus ojos, tus labios
¡para hacerse palabra!
Por desandar la noche
en busca de otra aurora que te traiga a mi lado
mi verso, así de simple
mi verso demorado,
se crece en tu oído gota a gota
callado
¡caminando tu noche por volver a tu lado!
Y tu sombra y mi canto y mi verso
tan simple
sólo llega a tu oído
como la gota al cántaro…
Gustavo Córdoba-