Una voz pequeñita
asombra mi día
sin ruidos, ni estruendos.
Aparecen sigilosos
Sonidos
que abruman el alma
hasta dejarla vacía
inquieta
insomne
entrando en la queja.
Deambulando en escombros
Perdida
sin rumbo aparente
dolida
herida.
Una voz pequeñita
Amada
Querida
esperada,
me dice al oído
lo que tanto anhelaba…
Magdalena Bo-