Poemas

El sermón de la montaña

Los austeros templos

aquejados de severidad absoluta

vestidos de estuco,

pan de oro y mármol

con sus ángeles enanos

impúdicos y asexos

cantando en extraño

concierto barroco

y las imágenes adustas

desnudas de sonrisas

de ojos severos

cual gárgolas siniestras

parecen querer treparse por mis

pecados culposos

terminan por asfixiarme

en una claustrofobia mística,

 

preferiría que los altares ceremoniales

salieran de su encierro

y que la palabra tuviera

sabor a hierba fresca

y se diera en lo prosaico

de un campo cualquiera

bajo algún ceibo frondoso

o junto a un espejo de agua mansa

donde se beba el aire para que

perfume el pecado

 

y donde la palabra

llegará más rápido a su destino

sin mediadores innecesarios

 

es tiempo de volver al

sermón de la montaña.

 

Rosa Amelia Alvarado Roca-

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