Y ante un recuerdo tan bonito
de unos ojos celestiales,
empiezo a creer en lo bendito
y de que los ángeles son reales.
Sagrado rostro que os decora
una sonrisa que hipnotiza,
aquí tienes este corazón que os adora
donde descansar puedes esa sonrisa.
Nuestras patrias nos separan ángel mío,
aun cuando los sentimientos un idioma conocen,
yo de las fronteras bien me río,
porque de patria los amores desconocen.
Más quisiera unir mi alma a la tuya,
aun que apegado de la sonrisa vaya el sufrir,
corro tras el amor aun que me huya
si el dolor tiene principio, el amor no tiene fin.
Que tus cabellos hacen un campo de rosas,
que tus ojos arden como estrellas.
siento en mi estómago revolotear mariposas
y tu imagen, sonriendo entre ellas.
Puedes venir y ver esto que ostenta
ser alguien que en ti piensa,
en mi corazón nadie paga renta
y todo aquel que entra descansa.
Más antes de despedirme,
quiero echar mi última rima del corazón,
a ti vengo a rendirme,
hasta derramar mi última gota de pasión.
Miguel A. Trujillo-
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