Le cantaré a tus manos,
mis manos florecerán
las rosas se volverán
margaritas, quien sabe, lirios rosados.
las rosas crecerán en los dedos
de mis manos, y la noche se convertirá
en alientos y suspiros…
tus besos se deshojarán aquí en mis
labios finos y a la orilla del camino,
tus labios retoñarán y en un
diluvio de afán lleno de amor y cariño,
porque te recuerdo amor,
cuando éramos niños que dormimos
en la sombra de nuestros propios destinos,
porque allí cantaste por primera vez,
y en el eco de tu voz
sentí un adiós lejano dentro de mí,
y una lágrima salió de mis
ojos de tanto pensar en tí y así,
empecé a sufrir, era tanto el miedo
que te echaba que pensé
que hasta podía morir, pero al verte venir
tú a mí hiciste vivir, y hoy me siento
feliz… junto a tí…
Orlando del Río Aguileras-