Deja que llueva, aquí, en mi destierro.
Donde todo es igual y diferente.
De qué me sirven tus señales?
Si con sutiles malabares me abandonas?
Tal vez te crea lo increíble,
pero suelo perderme en el impulso,
al decir que también el gozo es parte
de mi dermis,
cuando una gota de tu luz
enciende mis hogueras…
Victoria Asís-