Ha perdido sus trenzas el sol
y en un campo de inmortales suspiros
suelta sus finos cabellos,
para barrer las cenizas
de una guerra sin nombre…
Con sus largos dedos arrugados
peina las sombras de los muertos,
desteje una lluvia de rizos dorados
y eclipsa la fría barbilla de la luna…
Alumbran su pena los girasoles,
mientras los pájaros sin nido
se reparten las semillas…
Embriagado de dolor se tiende
entre nubes de polvo incierto…
Pero sus trenzas… abrazan la piel del mundo.
Liliana Alcira González-