Del siempre florido jardín de mis sueños
violetas humildes son mis pobres versos.
Me salen del alma tímidos e ingenuos,
con toques de rayos de luna, y… misterio.
Por eso los guardo;
los amo por eso:
son la grácil forma
de mi sentimiento.
Cuando el alma presa de nostalgia siento,
brilla un nuevo día con fulgor intenso.
Por eso los guardo;
los amo por eso:
disipan las nieblas
de mi mundo interno.
De mis ilusiones son ellos los ecos,
y las francas voces de vivos anhelos.
Suspiran si lloro y si estoy contento
cuando me sacuden las aguas del tedio,
los busco anheloso, con ansia los leo,
y al verlos cómo hablan con tono sincero,
y al ver que comparten mis risas y duelos,
mi dolor se esfuma… Y en mi mundo interno,
ríen con la risa de los rapazuelos.
Son mis más constantes amigos,
por eso con amor los miro,
mis pálidos versos.
Juan de Dios Arias- Colombia de Revista Poética Azahar –