Poemas

Espejismo

Quisiera entender aquello del pago por el trabajo

por ese que da ganancias y devuelve necesidades.

Ganancias que son dinero para aquél que todo lo posee,

necesidades para todo aquél que con su trabajo las genera.

Nacimos convencidos de tan infame relación.

Morimos rindiendo culto al condenado poseedor.

Es él quien irá al infierno después del terreno cielo;

mas no aquel que vivió en terreno infierno.

Quisiera entender tantas cosas de malévola tradición.

de esa que nos enseña a respetar al usurpador,

a compadecer al usurpador, tomándolo como un postrer

premio de divina voluntad.

Esa que, envuelta en premios y castigos, conmina a la humilde

muchedumbre a la escasez de razón.

La misma que no repara en condición humana,

avasalla sin consideración alguna al vulgo trabajador.

La prosperidad la oculta, la crisis la desnuda,

mas la necesidad del avasallador siempre se hace presente.

La culpa es del avasallado:

si suben los precios, si la producción es baja,

si baja la demanda, si la oferta es alta,

si los índices fluctúan, si la conveniencia acosa,

si al poseedor le va mal, también si no le va.

¡Dios bendiga al avasallador!

Sin él jamás podríamos sobrevivir

es él dueño de todo, de nuestras vidas también.

 

Juan de Dios Meneses- Colombia – revista_azahar@hotmail.com

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