Poemas

Cansancio ajeno

hay cada mañana una mujer maría

que se sienta al borde del abismo de su cama

mira hacia abajo antes de saltar

y duda sin remedio de si irá al trabajo

 

hay cada tarde un hombre manuel

que se sienta cansado en un banco del gimnasio

mira su peluda barriga que no baja

y piensa en sacar mañana todo su dinero e irse

 

hay también cada mañana un joven Raúl

que coge sus libros para ir al instituto

mira con ojos dormidos el desorden de su mesa

y encuentra el cedé que le gustaría quedarse a escuchar

 

hay cada atardecer una abuela Cipriana

que abandona con paso cansado el cementerio

mira con envidia la tumba del marido

y siente que pronto se liberará de su pesado cuerpo

 

hay cansancio en estos días extraños

y aunque me levanto de la mesa y lo dejo

me dan ganas de escribir al final del poema

que tal vez sean mis ojos los que se han cansado.

 

Francisco Cenamor– Del libro Asamblea de palabras

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