Poemas

El cielo rasgado

El cielo está en mí,

como una historia

que no he podido

retener

en la lengua.

 

Con ademán diseñado

en tardes oníricas

de madurez,

encuentro realidades,

constantes y sanguíneas,

festejos

donde la vida

se adelanta

al tiempo

que usurpa

el alma.

 

No me distraen

pormenores simbólicos

que convocan

años agonizantes,

y otros

que surgen

en oscuras encrucijadas.

Plazos

que disuelven

azares

infinitos

en la luz

que me acoge,

con exactitud astronómica.

 

En el roce de papeles perfumados,

casas esbozadas

y arena en espejos,

mis ojos reflejan

músicas orientales,

violines que suenan

a orillas del mar Muerto.

 

Sombras

inspiradas

en melodías

que nadie entiende

desaparecen

bajo lluvias de adjetivos,

soberbios

de tiempos

que no se juzgan,

no se alcanzan.

 

Del libro Manos Forasteras

            Jaime Icho Kozak-

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