No es como el amor en Venecia
huir de tus brazos y ahogarme
esperarte donde nunca vas a pasar
tomar el oficio de coctelero
en las barras del infierno
caminar temblequeando como un perro
juntar las monedas del suelo
para pagar mi condición de pasajero
no es como el amor en París
el desencanto de las noches
el aburrimiento de las mañanas
y siempre las luces que no me dejan solo
como un moscardón pegado en la ventana
no es una cría de cuervo sin alas
no es una bala de plata para el lobo
no es una espina oxidada en el corazón
no es perder la razón sin razón
el agua es para la copa de los árboles
el vino para las copas de los bares
y las ligas para clavarlas en la pared
para no olvidarme de la calle donde te perdí.
Martín Ojeda-