apenas entré al circo
me enamoré del domador
dormí en la jaula de los leones
era la más temible
la más amaestrada
todavía enloquezco ante la carne cruda
extraño tanto los aros de fuego
el cuero húmedo del látigo
y ese instante sublime
su cabeza hasta el cuello sumergida en mis fauces
¿creías que era un acto de rutina?
sus delicadas vértebras
su aliento entre mi aliento
ahora duermo en la jaula
de las presas comunes
Laura Yasán-