Poemas

Coche 86 (Cap.12)

Se marchó pensando que todo estaba perdido.
Se reprochó la falta de valentía y determinación.
Por otro lado ella, debía discernir si lo iba a ver o no. Una tormenta de controversias azotaba su alma, Un frío invernal socavaba la de él. El tiempo había quedado entreverado entre las costuras de las sábanas. La soledad no era indulgente; cada uno vivía situaciones similares a causa de la mismísima necesidad de amar. ¡Decidir qué hacer!, cómo si no hubiera sido ya suficientemente doloroso el filoso frío de las formas; ¿porqué repetir ese sufrimiento!?
Avanzada la noche y tan oscura como podía ser la soledad, mientras ella tomaba una taza de té entre sus manos, entró el padre en la cocina y durante varios minutos intentó persuadirla para que visitara al padre de Pedro y le contara la verdad.
Entre tanto el reloj de la habitación 423 del Hotel Bahía, marcaba las 4 de la madrugada.

Bárbara Himmel-

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